dejar de pensarlo seria como un gelido abrazo en el peso durmiente de la noche
callar el nudo cerebral, ahogar el cinismo de la inequidad, vender mi libertad
a cambio de ...
viernes, 12 de marzo de 2010
jueves, 11 de marzo de 2010
ah¡ te vi entre las luces. Tu cara toda azul.
alma en reconstruccion de fragiles porcelanas
lucidos sueños de frecuencia arabica
instantaneos cafes en la mañana
cigarros con gusto a nada
lluvia torrencial de demoras
de atrasos masticados a la mala
de peleas entre ciegos y sordos.
Como al cristal enrojecido igneo de rabia
esfumo mis esfuerzos, mis batallas.
Me falta ser como son los golpes
duros de fuerza acumulada
calidos, graciles, nerviosos.
Perdon, esos no son puños
esos son mis dedos callosos
esas son mis manos dañinas,
las miradas cancerigenas
el escorpion del piano de cola
la telaraña en el ojo de la guitarra
el miedo frecuente al dia siguiente
la tarde que carente de miradas
estrena hoy su sonrisa envuidada.
lucidos sueños de frecuencia arabica
instantaneos cafes en la mañana
cigarros con gusto a nada
lluvia torrencial de demoras
de atrasos masticados a la mala
de peleas entre ciegos y sordos.
Como al cristal enrojecido igneo de rabia
esfumo mis esfuerzos, mis batallas.
Me falta ser como son los golpes
duros de fuerza acumulada
calidos, graciles, nerviosos.
Perdon, esos no son puños
esos son mis dedos callosos
esas son mis manos dañinas,
las miradas cancerigenas
el escorpion del piano de cola
la telaraña en el ojo de la guitarra
el miedo frecuente al dia siguiente
la tarde que carente de miradas
estrena hoy su sonrisa envuidada.
miércoles, 10 de marzo de 2010
white wine and sleeping pills
seco, entre cuadernos
como hojas otoñales
corazon confeso
de la imagen del deseo
seco fluido
de maquinaria sangrante
gotas enjugadas
y villa desierta
de melodias andantes
seco, sin humor
sin gracia delirante
ni tormentas escasas
de amarillos de ocaso
acaso triste y sin paso.
medio noqueado
y masticando la idea
de estar seco, deshecho
sin abrazos.
Escualida idea, humillante sangria en el verbo que se interpuso como la nocion de una vida mas grande. Por lo menos más que esta. Derrotado sin pie a puntos suspensivos, sin esperanza a acordes liberadores de la frecuente agonia en la triste tarde que el sol sostenia en alto su estandarte; en que ese sol con su dulce melancolia de laconica resignacion. suspiraba el ultimo baile entre risas y llantos y abrazos. Entre la conciencia de lo que somos y fuimos y pudimos ser, cae sin brillo el utimo diente de lo que fue una boca compartida, sumida entre regazos que ofrecian proteccion de la sedosidad de ese sol. De ese sol justamente que paro la mirada en las piernas del encanto, y subio y bajo entre cordilleras y colinas de filo antiguo, rebosante de brillo antiguo, que llamaban con su arcaico grito a enternecer las curvas de su tiempo.
Padre tiempo, madre tierra, sujeten hoy a su hijo caido que disolvio su esperanza en la nota sublime de esos charcos de agua dulce. Seco entre praderas que mucho recuerdan a aquella vez que movido por el impulso te rendiste por ambos. Breve, escueto. Solo una sombra barrida entre tanto agujero. Solo noche. Solo, seco entre la ceguera nocturna y el encadilamiento cotidiano.
como hojas otoñales
corazon confeso
de la imagen del deseo
seco fluido
de maquinaria sangrante
gotas enjugadas
y villa desierta
de melodias andantes
seco, sin humor
sin gracia delirante
ni tormentas escasas
de amarillos de ocaso
acaso triste y sin paso.
medio noqueado
y masticando la idea
de estar seco, deshecho
sin abrazos.
Escualida idea, humillante sangria en el verbo que se interpuso como la nocion de una vida mas grande. Por lo menos más que esta. Derrotado sin pie a puntos suspensivos, sin esperanza a acordes liberadores de la frecuente agonia en la triste tarde que el sol sostenia en alto su estandarte; en que ese sol con su dulce melancolia de laconica resignacion. suspiraba el ultimo baile entre risas y llantos y abrazos. Entre la conciencia de lo que somos y fuimos y pudimos ser, cae sin brillo el utimo diente de lo que fue una boca compartida, sumida entre regazos que ofrecian proteccion de la sedosidad de ese sol. De ese sol justamente que paro la mirada en las piernas del encanto, y subio y bajo entre cordilleras y colinas de filo antiguo, rebosante de brillo antiguo, que llamaban con su arcaico grito a enternecer las curvas de su tiempo.
Padre tiempo, madre tierra, sujeten hoy a su hijo caido que disolvio su esperanza en la nota sublime de esos charcos de agua dulce. Seco entre praderas que mucho recuerdan a aquella vez que movido por el impulso te rendiste por ambos. Breve, escueto. Solo una sombra barrida entre tanto agujero. Solo noche. Solo, seco entre la ceguera nocturna y el encadilamiento cotidiano.
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